Cómo influye el tipo de apego en la autoimagen

El papel del diálogo interno

El diálogo interno es nuestro narrador interno. Nos ayuda a dar sentido al mundo y filtra nuestras experiencias a través de la lente de nuestros valores, creencias y recuerdos. Pero, al igual que un ordenador, la conversación con uno mismo en nuestro sistema operativo es propensa a fallos y errores. Esto ocurre todo el tiempo, y muchas veces ni siquiera sabemos que está ocurriendo cuando está ocurriendo.

Y esto se debe a que nuestro cerebro intenta ser eficiente, pero al hacerlo, a menudo simplifica en exceso, catastrofiza y crea reglas generales que no son precisas, equilibradas ni completas. El diálogo interno puede crear intercambios autodestructivos con los demás, sabotear nuestras ambiciones más importantes y confirmar creencias negativas preexistentes sobre nosotros mismos que no nos sirven y ni siquiera son ciertas, lo que nos lleva a un afrontamiento poco saludable y a una escasa capacidad de recuperación.

El impacto negativo de la autoconversación

Investigadores de la Universidad de Pensilvania pidieron a personas con tendencia crónica a preocuparse que escribieran sus preocupaciones cada día durante diez días. Luego hicieron que estos pobres participantes revisaran su lista de preocupaciones durante otro mes, sólo para ver si alguna de ellas se había hecho realidad. El resultado: la friolera del 91,4% de sus temores nunca se materializaron. ¿Qué nos dice esto sobre el diálogo interno?

En el peor de los casos, el diálogo interno puede robarnos lo mejor de nuestras vidas. Puede causar estragos en nuestra mente, crear una calidad de vida inferior y alejarnos de las acciones que realmente van a ayudarnos a sacar adelante nuestras situaciones.

Si alguna vez has sido propenso a los efectos improductivos del diálogo interno negativo, tengo buenas noticias para ti. Al igual que podemos actualizar el sistema operativo de un ordenador, podemos dar forma y refinar nuestra autoconversación a cualquier edad y en cualquier etapa con sólo unos pocos cambios clave. 

Los orígenes del diálogo interno

Entonces, ¿por qué hace esto nuestro cerebro y de dónde viene nuestro diálogo interno?

El diálogo interno tiene su origen en experiencias tempranas de nuestra infancia, principalmente debido a nuestros vínculos de apego. El apego, en su nivel más básico, se refiere a los primeros vínculos emocionales que establecemos con nuestros cuidadores principales. Nuestros cuidadores primarios son las personas que, por lo general, se encargaban de cuidarnos en nuestra infancia a diario, de forma constante y continuada. Sin su apoyo, sencillamente no podríamos sobrevivir.

Los bebés mamíferos somos "monos" porque tenemos que serlo. Nadie se quedaría si no lo fuéramos. Nuestra monada de bebé implica ojos grandes, mejillas redondas, mofletes regordetes. Todo esto es  para atraer a nuestros cuidadores a permanecer cerca de nosotros. Necesitamos que se queden con nosotros, que nos protejan. Por eso soportamos los pañales apestosos, los llantos, la falta de sueño. Por eso los necesitamos, porque si no, no podríamos sobrevivir.

Desde nuestros primeros días, empezamos a establecer conexiones y, a través de una serie de experiencias y recuerdos con nuestras figuras de apego y nuestros cuidadores principales, desarrollamos ideas sobre nosotros mismos. Estos primeros años son un periodo importante y crucial para el desarrollo del cerebro y la adquisición de conocimientos. Y durante este tiempo, a través de nuestras experiencias de apego, aprendemos a comunicar nuestras necesidades, cómo responden las personas más cercanas a nosotros y si nos sentimos seguros física y emocionalmente.

A menudo, cuando estamos en medio de estas experiencias, no nos damos cuenta de su impacto, pero las experiencias que se repiten y refuerzan a lo largo del tiempo crean importantes huellas emocionales que forman la base de nuestras creencias fundamentales: lo que creemos de nosotros mismos, cómo interactuamos con los demás y cómo afrontamos los retos de la vida. Y debido a que nuestro cerebro favorece los atajos y las reglas, llegamos a creer que la forma en que afrontamos algo en el pasado es la forma en que deberíamos afrontarlo en el futuro. Generalizamos estas reglas.

Estilos de apego y diálogo interno

En otras palabras, nuestras experiencias de apego desarrollan nuestros sistemas operativos subyacentes y sirven de base para el diálogo interno que rige nuestras vidas. Y resulta que la mayoría de nosotros nos identificamos con uno de los cuatro estilos de apego. Si tus cuidadores principales se mostraban disponibles, atentos y serviciales, especialmente en situaciones de estrés, es probable que hayas desarrollado un apego seguro.

Las personas con apego seguro tienden a tener una estima relativamente alta de sí mismas. Alcanzan sus objetivos.

Pueden ser independientes y mantenerse en contacto con sus seres queridos, y en general se merecen cosas buenas en la vida en términos de su propia autoestima.

Por el contrario, si tus padres eran incoherentes, poco atentos, se mostraban poco serviciales o parecían estresados o abrumados cuando les comunicabas tus necesidades, es probable que hayas desarrollado un apego inseguro. En general, las personas con apego inseguro tienen dificultades para autorrealizarse de forma coherente. Son un poco más propensas al autosabotaje. Tienden a no creer en su propia valía, y en si merecen relaciones amorosas y simbióticas en su vida.

Y un estudio reciente de YouGov muestra que aproximadamente el 70% de las personas en EE.UU. se identifican con uno de estos tres estilos de apego inseguro. Puede que el sistema operativo de tu cerebro funcione bien la mayor parte del tiempo, pero los fallos tienden a aparecer igual que ocurre con los ordenadores cuando es más crucial, urgente y necesario que funcione bien.

Cuando te enfrentas a una experiencia novedosa y desafiante en la que ya estás agotado emocional y cognitivamente, e incluso cuando nuestra autoconversación es claramente inútil, improductiva y nos causa estrés y dolor, resulta difícil liberarse de estas creencias porque es con lo que estamos familiarizados.



Transformar el diálogo interno mediante la Reparentalización

Pero aquí hay un hecho importante: el apego seguro y sus resultados positivos pueden ser tuyos. Podemos darle la vuelta al guion del sistema operativo de tu cerebro, y todo empieza por aprender qué procesos está ejecutando en la actualidad. En mi experiencia clínica con pacientes y en mis investigaciones, he descubierto que cada uno de los cuatro estilos de apego conlleva su propia autoconversación prototípica.

Las personas con apego ansioso tienden a ansiar la seguridad y la cercanía de los demás, a veces a expensas de sus propias necesidades. Son más propensas a comportamientos codependientes y de rescate. El diálogo interno de las personas con apego ansioso suele contener una o más de estas cuatro autoafirmaciones:

Las personas con apego evitativo son los lobos solitarios por excelencia. Valoran la autosuficiencia extrema. Tienden a sentirse incómodas con la intimidad emocional y también tienden a no enfatizar la importancia de las relaciones en sus vidas. El diálogo interno de las personas con apego evasivo suele sonar así: 



Las personas con apego desorganizado suelen encontrarse en un estado perpetuo de lucha o huida. Tienen dificultades para regular sus emociones y a veces reproducen inconscientemente el caos que vivieron de niños. Las personas con apego desorganizado suelen tener autoafirmaciones que suenan más o menos así:



No importa cuáles hayan sido tus experiencias pasadas, cuánto tiempo hayas estado operando con tu sistema por defecto, y cuánta decepción hayas experimentado, nunca es demasiado tarde para sanar tus heridas de apego inseguro.

Tal vez hayas estado persiguiendo esa promesa escurridiza de tu mejor vida, persiguiendo la comodidad, la realización y la alegría en una variedad de lugares, pensando para ti mismo: «Si acabara de conseguir ese trabajo de ensueño, acabara de conseguir esa pareja perfecta, acabara de tropezar con esa situación ideal...». Sin embargo, una y otra vez, ese subidón inicial se desvanece y descubres que el apaño que buscabas era sólo una solución temporal, y que sus efectos positivos simplemente no duraron.

Y eso es porque has estado buscando la curación y el sentido en los lugares equivocados. La verdad es que sólo necesitas una persona con la que formar un vínculo seguro para ver realizados todos tus objetivos en la vida y ser lo que siempre has soñado. Y aquí tienes un secreto: todo empieza con un vínculo seguro contigo mismo.

Conclusión

El término "reparenting"  o reparentalización se refiere al acto consciente de proporcionarse a uno mismo el cuidado y la comprensión que quizá se perdió de niño, consiste en convertirse en el padre interior cariñoso que uno necesita, pero que quizá no tuvo. Aunque no puedes cambiar el pasado, y no se trata de culpar a tus padres por lo que hicieron o dejaron de hacer, puedes elegir satisfacer las necesidades de tu "niño interior" hoy. Ese pequeño yo metafórico cuyas esperanzas, aspiraciones y sueños siguen vivos dentro de todos nosotros.

La Reparentalización funciona porque, sencillamente, tú tienes lo que hace falta para satisfacer las necesidades de tu niño interior. Esto la convierte en la situación ideal para fomentar una relación de apego segura. Tu yo adulto tiene mucha más entidad, autodirección y recursos que tu yo niño, el cual tuvo que aprender a arreglárselas por dentro de los límites de depender de quienes le rodeaban para que le proporcionaran esa seguridad, guía, amor y protección.

Nadie te conoce mejor que tú y tienes la sabiduría de tu experiencia vivida única. Por eso tu padre interior es la herramienta más importante para crear pensamientos y patrones de conducta más saludables. Puedes empezar a reorientarte hoy mismo mediante una serie de pequeños actos intencionados diseñados para cambiar tu programación subyacente. Esto se debe a que los pensamientos, comportamientos y sentimientos están conectados. Si te comportas de forma diferente, pensarás y sentirás de forma diferente a través de tus comportamientos que transformarán positivamente tu autoconversación y tus reglas de vida.



 ¿Cómo es la Reparentalización? 

• Cada vez que estableces límites sanos para tu bienestar, eso es reparenting o reparentalización.
• Cada vez que celebras tus logros y los pequeños pasos a lo largo del camino.
• Cada vez que das prioridad a tus necesidades sin sentirte culpable.
• Cada vez que cultivas relaciones significativas y conexiones más sanas con los demás.
• Cada vez que escuchas a tu niño interior y validas sus emociones, pase lo que pase.
• Cada vez que te dedicas conscientemente al cuidado de ti mismo.
• Cada vez que te perdonas los errores del pasado y ejerces la autocompasión.
• Cada vez que tomas decisiones de acuerdo con tus valores fundamentales, sin importarte lo que piensen los demás.
• Cada vez que te recuerdas a ti mismo que mereces amor y pertenencia.
• Cada vez que sabes en tu corazón que eres intrínsecamente digno.

Ahora, para terminar, me gustaría que practicáramos una actividad más para ayudar a optimizar tu sistema operativo. Adoptemos las autoafirmaciones del apego seguro eligiendo una de estas cuatro afirmaciones como tu afirmación para hoy. Escríbela. Colócala en un lugar visible. Mírate al espejo. Dímela a ti mismo y visualízate encarnando estas cualidades: 

Cada uno de nosotros tiene miles de pensamiento al día. ¿Cómo vas a utilizar tu diálogo interno para despertar la positividad y la curación en tu vida? 

Traducción y transcripción completa de la charla de la neuropsicóloga Judy Ho titulada «How Attachment Influences Self-Image» en la conferencia TEDxReno 2024*