¿Qué son las Creencias? Tipos, Ejemplos y Test | Guía Completa

1. ¿Qué son las Creencias?

Todos vemos el mundo de manera diferente. Dos personas pueden encontrarse en la misma situación, pero verla y experimentarla de manera muy distinta.

Si, por ejemplo, estás en tu dormitorio viendo la Tv,  leyendo un libro o estudiando, sin ninguna intención de salir a la calle y empieza a llover🌧 ¿Qué es lo que pensarás y sentirás acerca de la lluvia? Probablemente nada. Es decir, la lluvia no estará causando que tú pienses ni sientas nada.

¿O es el significado o interpretación que tú le das a la lluvia lo que condiciona tu estado de ánimo? La lluvia en sí no tiene ningún significado ni puede producir ningún sentimiento. Pero dale a la lluvia un significado y te sentirás bien, dale otro significado y te sentirás mal.

Lo mismo sucede con las experiencias que vivimos en nuestra vida. Aparecen personas, situaciones, lugares, objetos etc. que aparenta que nos hacen enfadar, entristecer, ilusionar, preocupar, alegrar, incomodar, asustar, aburrir, sufrir, admirar, sentir culpa, esperanza, agradecimiento, etc. Pero la verdad es que todas esas "cosas externas" no son las que nos causan lo que sentimos. Como en el ejemplo de la lluvia, en el que teníamos un mismo acontecimiento y, sin embargo, sentimientos o emociones muy diferentes para cada persona, son los pensamientos que tenemos acerca de  las cosas los que nos hacen sentir de un modo u otro.

Podemos llamarlos pensamientos, creencias, ideas, perspectivas, percepciones, interpretaciones, convicciones, constructos mentales, etc. En definitiva, es "la mirada" desde la cual vemos eso que se ha presentado en nuestro "escenario", el significado que le atribuimos. 

Otro ejemplo. Si le pedimos a dos personas que piensen en el 🌊mar. A la primera de ellas, que lo asocia a calorcito, palmeras, vacaciones y relax, el mar le produce sensaciones de bienestar y placer. Sin embargo, alguien que no sepa nadar o que tiempo atrás viera a alguien ahogarse lo que sentirá es incomodidad, miedo o incluso angustia cuando piense en el mar.

• Se puede pensar en las creencias como unos filtros o unas gafas de sol 😎 que nos hacen ver la realidad de una determinada manera (y no como es verdaderamente).
• Todas las creencias tienen un “tono” distinto 🌈que influye en cómo vemos el mundo a través de ellas.
  

2. ¿Cómo influyen las Creencias? Sientes y actúas... tal como piensas

Observa este ejemplo:

Como adulto, puedes saber intelectualmente que es cierto que eres una persona valiosa. Simplemente por el hecho de saber que eres un ser humano y que, por tanto, no estás por debajo de nadie en términos de valor, y que eres tan capaz como los demás de conseguir lo que te propones.

También puedes saberlo repasando tus éxitos, viendo cómo te has superado, las cosas que has logrado, tus virtudes, aprendizajes…, pero, AÚN ASÍ, sigues sintiéndote inseguro, pequeño,  poca cosa, que no eres suficiente en algunas circunstancias… Es posible que sepas intelectualmente que la  declaración "no valgo" no es verdad, pero aún así sientes que lo es.

Esto es así porque las creencias van mucho más allá de nuestros pensamientos sobre lo que es verdad, ya sea que estés de acuerdo o no con tu creencia ésta determina tu manera de sentir.

Y eso no es todo, las creencias también condicionan tu manera de actuar, produciendo efectos no deseados, en tu vida. Porque si sientes que no eres lo suficientemente bueno o valioso o digno ¿Cómo te va a afectar eso a la hora de acercarte a una persona que te gusta, postular por un trabajo o para vestir cómo te dé la gana, o a la hora de ponerte metas…? 

La neurociencia, la psicología, la psiconeuroinmunoendocrinología, la programación neurolingüística, la bioneuroemoción, la Nueva Medicina Germánica y otras muchas disciplinas contemporáneas sostienen que nuestros pensamientos influyen directamente en cómo nos sentimos y cómo nos comportamos

En el ejemplo de la imagen inferior, la Persona A al tener el pensamiento "no valgo", se siente poco valiosa y piensa todo tipo de cosas que confirman su creencia irracional, por lo que acaba tomando la decisión de no dirigirse hacia quien sentía el impulso de conocer por creer firmemente que será rechazada. 

La realidad es que la Persona A no tiene ni idea de qué le responderían, dado que aún no conoce a la otra persona no tiene ningún fundamento objetivo que justifique su perspectiva, pero sólo puede ver la información que hay en su mente (la creencia), que es la que le ordena cómo actuar. Como la persona no se valora:

• piensa que no tiene nada que aportar, que tiene pocas cualidades, pocos recursos, que no es bastante inteligente, que no es lo suficientemente atractiva, que no es demasiado divertida…

• siente vergüenza, tiene mucho miedo de no gustar a los demás, miedo de no estar a la altura...

• tiene comportamientos que se corresponden con lo anterior: está muy pendiente de recibir aprobación externa, no permite que la gente la conozca tal y como es, seguramente se tomará fatal las críticas, se exigirá mucho para hacerlo todo perfecto, tenderá a solucionar los problemas de los demás o cuidar mucho para sentir que sí que vale o para que la quieran, le costará decir que no, al igual que poner limites y, como en el ejemplo, se perderá un montón de oportunidades.

Las personas con creencias distintas que se encuentren en la misma situación,

piensan, sienten, deciden  y se comportan de maneras muy diferentes.

Lo que significa que obtendrán resultados diferentes.

Por lo tanto, he aquí una verdad incómoda: cada limitación, dificultad, bloqueo o barrera que experimentas en tus circunstancias físicas, familiares, profesionales, económicas, en la salud, etc., por más difíciles que sean, es producida por una creencia limitante dentro de ti.

3. ¿Cómo se forman las Creencias?

Aquí hay un alivio rápido: nada de eso es culpa tuya 😀.

Las personas no nacemos con creencias, las absorbemos de nuestro entorno (padres o primeros cuidadores, familia, sociedad, amigos...), sin darnos cuenta de que las estamos “copiando” sin cuestionarlas. Cuando somos niños interiorizamos y hacemos nuestra la forma en que piensa, siente y se comporta nuestra familia y sociedad.

Luego, nos identificamos con esa información concreta y nos decimos: “Yo soy así”, lo que significa que tal información se ha convertido en un decreto, una creencia.

La formación de creencias es algo así como el sistema que ha ideado la naturaleza para que, antes de que llegues a los 6 o 7 años aproximadamente, aprendas (o más bien memorices) la inmensa cantidad de conocimiento que necesitas para convertirte en un miembro funcional de tu familia, de tu comunidad, de la sociedad.

3.1 Indoctrinación ( autosugestión involuntaria)

Los bebés están biológicamente programados para adquirir la mentalidad y los comportamientos de sus padres, cuidadores y mayores, porque la clave para prosperar en cualquier grupo social es llegar a ser como aquellos alrededor tuyo. 

En este nivel biológico, es una cuestión de vida o muerte incorporar las creencias o “verdades” de nuestros mayores y de quienes nos rodean. Tus padres u otros cuidadores “querían” que creyeras en lo que ellos creían, y por una buena razón. Ellos querían que sobrevivieras y prosperaras. Sus creencias (¡que ellos aprendieron de tus abuelos!) les habían funcionado (ya que seguían vivos para enseñarte a ti), por lo que creían que las mismas creencias funcionarían igual de bien para ti. Desde su punto de vista, sus creencias eran simplemente: “Lo que es verdad”.

3. 2 Autoindoctrinación

No todas las creencias son programadas por las personas de nuestro entorno. De vez en cuando, mientras eras niño y necesitabas una explicación para entender algo que te pasaba (sobre todo para evitar que te volviera a suceder) si no había un adulto, digamos equilibrado y cercano, que te ayudara con su explicación o si acaso te daba miedo o vergüenza preguntar porque temías que te criticaran o te humillaran: te lo acababas explicando tú solo. 

Por ejemplo, si de niños nuestros padres nos dijeron, “si te portas mal no te vamos a querer”, se nos instala la creencia de que el amor de nuestros padres depende de nuestra propia conducta (el amor no es incondicional). Así, en la edad adulta, tenderemos a mantener esta creencia en relación con nuestra pareja, nuestros amigos, etc.: “si los demás no están contentos con nosotros o no aprueban lo que hacemos, para nosotros significa que no nos quieren”. De modo que nos mantendremos constantemente buscando la aprobación de los demás, sin desarrollar nuestro propio criterio ni nuestras verdaderas pasiones, por miedo a no ser amados. Esta creencia tendrá, pues, una influencia decisiva sobre el resto de nuestra vida, y muy específicamente en lo que respecta a nuestra manera de relacionarnos con los demás y a la recepción de afecto, entre otras cosas.

Así que cuando averiguabas cosas por tu cuenta y sacabas tus propias explicaciones y conclusiones para explicarte lo que te estaba sucediendo a ti o a tu entorno, te convertías en tu propia fuente de adoctrinamiento o programación. Cada vez que te alguien te dijo o te pasó algo negativo; cada vez que te sentiste decepcionado, rechazado o herido; cada vez que las cosas no salieron como querías... lo interpretaste de cierta manera. Te dijiste algo, te contaste una historia... y te creíste esa historia. Y esa historia que te contaste a ti mismo, que se plantó profundamente en el suelo fértil de tu mente inconsciente,  te hizo ver el mundo a través de una lente particular. Este tipo de creencias son particularmente fuertes porque son "tuyas", proceden de ti mismo.

3.3 A través de una experiencia emocional intensa

Otras creencias suelen desarrollarse a raíz de acontecimientos estresantes en la gestación, niñez y adolescencia. Viviste sucesos de manera traumática (que para ti supusieron un gran shock) a raíz de los cuales te formaste maneras de verte a ti mismo/a y a todo lo que te rodea desde una perspectiva parcial, que no se corresponde con la realidad objetiva. 

Los niños pequeños aún no tienen la sofisticación necesaria para ver a sus padres como  imperfectos—después de todo, sus padres son los dioses que los engendraron y gracias a los cuales sobreviven. En consecuencia, cuando sus padres son la fuente de las experiencias traumáticas, la mayoría de los niños acaban concluyendo: “Hay algo malo en mí”, “Yo no soy digno”, “No merezco que me quieran”, “No debería haber nacido” o “No estoy a salvo”.

Algunas de las experiencias que más marcan emocionalmente:

• Pérdida de un querido familiar, amigo, pariente o mascota
• Dominación o abuso físico, emocional o sexual
• Dolor insoportable o repetido
• Lesión o enfermedad
• Traición
• Accidentes

Sea como sea que se formen, es el mismo mecanismo que cuando aprendiste el abecedario, a caminar, a montar en bicicleta, a conducir, a atarte los zapatos o marcar un número de teléfono. Llegó un momento  en que ya no tenías que pensar en cómo se hacía, tu mente consciente no necesitaba estar atenta cada vez que querías caminar o conducir. Una vez que instalaste ese programa se convirtió en un hábito dirigido por tu mente inconsciente, la cual se encarga de reproducirlo de forma automática y reactiva. Es como si, con el tiempo, el cuerpo reemplazara a la mente. Cuando aprendes un hábito eres capaz de hacerlo como un robot, automáticamente, sin pensar ni reflexionar sobre ello o incluso mientras estás pensando en otras cosas.

4. Tipos de Creencias

4.1 Creencias Potenciadoras

• Este tipo de creencias nos generan bienestar, nos impulsan al cambio, a mejorar, nos ayudan a conseguir lo que deseamos...
• Algunos ejemplos: "Yo puedo", "Soy capaz de hacer lo que me proponga", "Me encantan los retos", "No existe el fracaso", "Me merezco lo mejor", "La vida es un lugar maravilloso", "Siempre hay una manera...", "Todos hacen lo mejor que pueden...", "Todo el mundo puede ser un buen amigo al que no conozco todavía", "La muerte no es el final", "Estoy rodeado de oportunidades", "Siempre hay una salida", "Mi cuerpo es capaz de sanar", "Me siento agradecido", "La vida siempre me apoya", "Me acepto como soy", "Es fácil conseguir...", etc.

4.2 Creencias Limitantes

• Creencias que nos bloquean, paralizan, coartan nuestras posibilidades, nos impiden tener éxito y afectan a la confianza y la autoestima.  Las creencias limitantes están a menudo arraigadas en un miedo que nos impide actuar hacia el objetivo que queremos conseguir.
• Algunos ejemplos:  "Soy como soy" o "Yo soy así", “No soy bueno para...”, "No puedo hacerlo", “No lograré hacerlo”, “Siempre me va mal”, "Todos los hombres/mujeres son iguales", "El dinero es malo", "El poder corrompe", "La vida es una lucha", "Piensa mal y acertarás", "Soy demasiado mayor/joven para...", "No sirvo para la tecnología/las matemáticas/ser padre...", "Qué tonto/despistado/desastre...soy", "Los niños son movidos", "Sin sacrificio no hay recompensa", "No tengo suerte", "Las relaciones son complicadas/difíciles...", "Es imposible...", "Dar es mejor que recibir", "Nadie regala nada", "Hay que trabajar duro", "Para ser feliz hace falta...", "Es difícil dejar de fumar/perder peso/hacer deporte...", "Estoy solo", "Mi enfermedad es incurable/crónica...", etc.

Peter Senge, autor de La quinta disciplina, ingeniero de la Universidad de Stanford y doctorado de la Escuela de negocios del MIT, hace una descripción muy gráfica de las creencias limitantes:

Imagina que estás caminando hacia delante, en dirección a tu objetivo, y de pronto empiezas a sentir una fuerte resistencia, algo que te impide avanzar. Entonces miras hacia abajo y descubres que a la altura del abdomen tienes una banda elástica que te sujeta hacia atrás. Cada vez que intentas dar un paso hacia adelante, la banda elástica se estira un poco, pero por efecto rebote te hace volver hacia atrás, impidiéndote acercarte a tu meta. Esa banda elástica representa a las creencias limitantes. 

5. Hechos importantes sobre las creencias 

• Aunque la mayoría nos sentimos avergonzados por tener creencias que nos limitan o nos dañan, tener creencias es natural e inherente a todo ser humano, algo así como los programas de un ordenador para que funcione. ¡Todos tenemos miles de creencias!

• Una verdad absoluta carece de excepciones y siempre es válida, por ejemplo, “el agua hierve a 100 grados centígrados”. Las creencias no suponen ni la realidad ni la verdad. Aunque sí generan nuestra realidad y nuestra verdad. 

• Tenemos creencias sobre todo tipo de cosas: sobre el dinero, el amor, las relaciones, dios, el trabajo, el pasado/futuro, el éxito/fracaso, sobre nosotros mismos, la maternidad, la paternidad, la fertilidad, el gobierno, salud/enfermedad, la muerte, el cuerpo, el aprendizaje, la diversión, etc.

• Las creencias que tenemos influyen en nuestra manera de pensar, estado de ánimo y en la manera en que nos comportamos y, por lo tanto, en las cosas que nos pasan. La mayoría de las “decisiones” que tomamos están “teñidas” por esa información que está contenida en nuestra mente subconsciente.

• Cuando albergamos una creencia con respecto a algo, generalmente tenemos un sentimiento, a menudo intenso, con respecto a ello. De modo que las creencias son experiencias que ocurren tanto en nuestra mente como en nuestro cuerpo (crees que algo es cierto mentalmente unido a que sientes que es verdad en tu corazón).

• La demostración más impactante del poder de las creencias la encontramos en la medicina con "el efecto placebo".  El efecto placebo se refiere al hecho de que algunas personas que creen que están recibiendo medicación para su enfermedad mejoran o incluso se curan, cuando en realidad están tomando un placebo. El placebo es algo no tiene efecto terapéutico alguno sobre su dolencia y puede ser algo tan simple como una pastilla de azúcar o una solución de sal común, o tan complejo como una operación verdadera en la que no se le hace nada al paciente. Lo importante es que los pacientes crean que se está haciendo algo. Basándose en su confianza en el médico y en la medicina moderna, ellos creen que el procedimiento al que se están sometiendo aliviará su dolencia. Ante esta creencia, el  cuerpo del paciente responde como si verdaderamente hubiera tomado la medicina o se hubiera sometido a un procedimiento real.
  

• Aunque somos conscientes de muchas de nuestras creencias, en general nuestras creencias más arraigadas y que más nos afectan son inconscientes (están fuera de nuestra percepción). Por este motivo las creencias tienden a ser rígidas y duraderas.

• Aunque no lo parezca, toda creencia tiene una intención positiva. Si por ejemplo, en la familia se vivieron conflictos a raíz del dinero uno tendría determinados comportamientos en la edad adulta que le llevarían a no conseguir suficiente dinero o a perderlo, con la intención de "proteger" a la persona (para no volver a vivir el mismo dolor que se experimentó en el pasado en relación con el dinero).

• Cuanto más abierto estés a querer observar y reconocer una creencia que tengas, más fácil y rápidamente será que la transformes ¡para siempre!.

6. Cambio de Creencias

Las creencias funcionan como programas de ordenador: una vez que se crea, instala o programa en ti continúa operando en el fondo de tu mente inconsciente -que es dónde tus creencias se almacenan.

Además, debido al funcionamiento de nuestro  Sistema de Activación Reticular (SAR), una vez que creemos en algo, tendemos a ignorar las evidencias en contra y aceptamos sólo aquella información que refuerza esa creencia. Pongamos que crees que no eres bueno hablando en público y tienes que dar un discurso en la boda de un amigo, tu SAR filtrará la información sensorial que te llegue de manera sesgada. En lugar de fijarte en la sonrisa de aprobación de algunos de los asistentes, tu cerebro sólo se enfocará en aquellos que bostezan o presentan síntomas de aburrimiento, por ejemplo.

A pesar de ello, como todo programa de ordenador, una creencia puede eliminarse o actualizarse, a través de un proceso consciente de identificación y elección de una nueva creencia.

No obstante, cuando eliminas una vieja creencia de la mente inconsciente se produce un vacío, es decir, se crea un "espacio abierto". En esa apertura, tienes la oportunidad de instalar una nueva creencia más beneficiosa y empoderadora para tu vida. Para ello pregúntate qué nueva creencia te gustaría tener en lugar de la que está instalada actualmente (es muy importante que la nueva creencia se plantee en positivo). Debes saber que si no llenas el espacio con algo nuevo, ¡la antigua creencia puede tratar de colarse de nuevo!

"Tus creencias se convierten en tus pensamientos,

tus pensamientos se convierten en tus palabras,

tus palabras se convierten en tus acciones,

tus acciones se convierten en tus hábitos,

tus hábitos se convierten en tu destino".

- MAHATMA GANDHI -

7. Ejercicios para el autodiagnóstico o identificación de creencias

Hemos visto que mientras no reconocemos qué creencias tenemos resulta difícil cambiarlas. De modo que ser consciente de ellas será el primer paso para poder transformarlas o reprogramarlas. O lo que es lo mismo, elegir en qué queremos creer y poder así crear resultados diferentes y más satisfactorios en nuestras vidas.

Técnica 1

• Usando bolígrafo y papel, escribe todas las creencias que se te ocurran dentro de cada categoría:

Mí mismo - Mi cuerpo - Mi salud - Mi trabajo - Mi situación financiera - Mi sexualidad - Mis habilidades - Mis limitaciones - Mis actitudes - Mi alma, espíritu o ser espiritual - Mis circunstancias - Dios/Espíritu/Fuente - Dinero - Enfermedad - Mi familia -Mis relaciones - Mi gobierno - El mundo - El Bien y el Mal - Poder - Sexualidad- Verdad - Vida  -El pasado - El futuro - Mis creencias

Por ejemplo, empezando con la primera categoría "Yo", dite a ti mismo: “Algo que creo sobre mí mismo es…” y anota las primeras cosas que te vengan a la mente: "soy una buena persona", "soy un gran trabajador", "soy alegre", "soy responsable", etc.

• Deja que tus pensamientos fluyan libremente sobre el papel como una corriente de conciencia. ¡Cuánto más rápido lo hagas mejor!
• Cuando te venga a la mente el siguiente pensamiento: “No soy una buena persona”, escríbelo.
• No juzgues tus creencias, no discutas con ellas, ni las censures, ni las analices.
• Sólo permítete escribir lo que surja, incluso si suena absurdo, extraño o contradictorio (cuando tu subconsciente habla, ¡es un buen momento para escuchar!).
• Date bastante tiempo para escribir libremente sobre cada categoría.
• Repite el proceso con tantas categorías como puedas en una sola sesión para no perder el impulso.

Técnica 2

Esta técnica para descubrir cuáles son tus creencias se realiza a partir de "los resultados" obtenidos.

Imagina que te has propuesto mejorar tu salud y una de las medidas que has decidido tomar es hacer ejercicio. Sin embargo, todas las tardes, aunque tienes la oportunidad de ir al gimnasio (y es lo que habías planeado hacer), vas posponiendo el asunto y, simplemente, decides relajarte y sentarte a ver la TV. Este es un ejemplo claro de que hay algo que te está frenando (la goma elástica de la que hemos hablado más arriba).

En tal caso, sigue los siguientes pasos para averiguar cuál/es la creencia/s inconscientes que te están impidiendo lograr los resultados que quieres obtener (mejorar tu salud a través del ejercicio físico, en el ejemplo).

1. Date cuándo de cuando estás procrastinando (por ejemplo, ese momento en el que decides sentarte en el sillón a ver la Tv en lugar de salir al gimnasio).
2. En soledad, estando tranquilo observa los pensamientos y los sentimientos que emergen de ti*. Date unos minutos para hacer esto sin prisas.  Aguarda hasta que surja una respuesta (la sensación es que procede del cuerpo, no de la cabeza).
3. Una vez que tienes los pensamientos y sentimientos, escríbelos. Seguramente encontrarás sentimientos de miedo, ansiedad, duda, etc. Y pensamientos como "Soy un desastre, no lo haré bien", "No podré", "Es demasiado difícil", etc.
4. Luego pregúntate: 

"¿Qué tendría que creer yo para tener estos pensamientos y sentimientos en esta situación?"

“¿Qué me estoy diciendo a mí mismo para sentirme tan insignificante, tan pequeño en esta situación?

O bien fíjate en la retahíla de los PORQUE con los que justificas tus pensamientos “no podré hacer ejercicio porque…” Y en las respuestas también obtendrás tus creencias. Es posible que estés creyendo acerca de ti mismo cosas como: "No soy lo suficientemente bueno" o "No soy capaz". Si tienes un sentimiento de apatía, de que no parece valer la pena hacerlo, puede que tu creencia sea algo del estilo "Lo que yo hago no importa".

*Si te cuesta detectar en el momento presente lo que estás pensando/sintiendo, imagina ese momento en el futuro (queriendo ir al gimnasio) y observa los pensamientos y sentimientos que te vienen.

Referencias

"Cómo cambiar creencias con la PNL". Robert Dilts

“Creating On Purpose: The Spiritual Technology of Manifesting through the Chakras”. Lion Goodman

"El placebo eres tú. Descubre el poder de tu mente". Joe Dispenza

"El poder curativo de la mente: El Efecto Placebo". Porras, A., Del Arco, A., Segovia, G., & Martínez, R. (2010). El escéptico, 27(3), 59-70. https://www.escepticos.es/repositorio/elesceptico/articulos_pdf/ee_27/ee_27_el_poder_curativo_de_la_mente:_el_efecto_placebo.pdf

"La biologia de la creencia. La liberacion del poder de la conciencia, la materia y los milagros". Bruce H. Lipton