El viaje del héroe o la historia de tu vida
Cada uno de nosotros está en un viaje. Un viaje por la vida. Y en este viaje que es nuestra propia vida cada uno es el protagonista.
Es el mismo viaje que nos relatan los mitos, cuentos de hadas y leyendas, el que aparece en películas, novelas, videojuegos… Desde Ulises a Jesucristo, pasando por Luke Skywalker o Neo en Matrix, hasta la cajera del supermercado que te cobra la compra del día.
Tú, yo, todos estamos inmersos en un viaje
en el que somos el héroe o heroína
viviendo un sinfín de aventuras
El viaje del héroe es la historia más antigua del mundo. Y nadie comprendió mejor esta historia que el mitólogo, escritor y profesor estadounidense Joseph Campbell (1904-1987). Más conocido por su trabajo sobre mitología y religión comparada, Campbell se dio cuenta que detrás de todas las historias, de todas las culturas, se repetía un mismo patrón, una misma estructura.
A este mismo esquema que subyace en todas las historias Campbell lo llamó “El viaje del héroe”. Y es la misma historia que se ha venido contando una y otra vez hasta el día de hoy, más o menos de la misma forma, en todos los idiomas y tradiciones, aunque con innumerables nombres distintos.
"No ha sido creada ni inventada por nadie, sino que es un mensaje de sabiduría que procede directamente del alma. Podríamos decir que "hemos traído con nosotros" este conocimiento. Al ser la historia más antigua del mundo, es también una historia ejemplar, una parábola del camino que lo seres humanos recorremos a lo largo de nuestra vida. Por ello es tan interesante. Y debe ser contada, repetidamente, para que no perdamos de vista por qué estamos en la Tierra, y qué vinimos a hacer a aquí" (Hajo Banzhaf, El tarot como camino iniciático).
El viaje del héroe es una situación arquetípica que nos habla de la aventura de ir en busca de un tesoro escondido. El héroe de esta búsqueda es normalmente una persona ordinaria, como tú y como yo, que mientras se halla viviendo su vida cotidiana, recibe una llamada que le obliga a ponerse en marcha, para llevar a cabo una gran y difícil tarea. En otras ocasiones el héroe es una figura metafórica, como en la película "Buscando a Nemo", un animal que habla.
Una vez la persona o personaje acepta la llamada, da comienzo su viaje o aventura. A lo largo del camino se encuentra con desafíos que superar y tareas que cumplir, algunas veces solo y otras acompañado de nuevos amigos o seres sobrenaturales, quienes le ofrecen ayuda para hacer frente a algunos adversarios.
Tras superar varias pruebas, el héroe logra deshacerse de su oponente y consigue encontrar lo que buscaba, momento en el que emprende el camino de vuelta a casa.
Sin embargo, la persona que se fue y la que regresa no son, en cierto sentido, la misma. Las pruebas durante la travesía han resultado ser tanto externas como internas, de modo que la persona se ha transformado positivamente gracias a ellas.
El mapa del viaje del héroe
La estructura básica del viaje del héroe vendría a ser así:
2) Llamada a la aventura.
Todo parecía estar en orden y bajo control en nuestra vida y, de repente, algo o alguien en nuestra vida nos llama a cambiar el rumbo. Podría ser cualquier crisis, desde terminar con una relación, dejar un trabajo, mudarse a otra ciudad, cambiar de carrera, un accidente, la bancarrota, perder el prestigio, la muerte de un ser querido o el diagnóstico de una enfermedad potencialmente mortal. Se trata de una llamada a la que decidimos responder pues, en el fondo, ya existía en nosotros cierto presentimiento de que algo necesitaba cambiar. Nuestra decisión nos fuerza a tomar una dirección completamente diferente de la que llevábamos.
3) Rechazo de la Llamada. Quieres que todo siga igual, seguir siendo la misma persona y conservar el mundo ordinario en el que vivías (aunque conscientemente o no ya no estabas bien él, de ahí la aparición de la llamada). El cambio da miedo, el primer paso hacia lo desconocido asusta... Tu ex ha dejado un vacío en tu vida... Te encuentras con tu primer gran obstáculo, el dolor.
4) Encuentro con el Mentor.
El arquetipo del Mentor en el viaje del héroe es cualquier personaje que le enseña algo al Héroe o le da un regalo para ayudarlo en su prueba final. Es quien le ayuda a estar motivado para continuar hacia adelante, quien le proporciona información necesaria o le enseña una nueva habilidad. Representa nuestro Ser Superior, la parte de nosotros que es sabia y noble, nuestra conciencia. En una ruptura podría tratarse de alguien que ya ha vivido y superado su propia separación, cualquier profesional que te ayude en el proceso (abogados, gestores, maestros de la escuela de tus hijos, un sacerdote, tu terapeuta, etc.).
5) Entrar en lo desconocido. Nos vemos lanzados a explorar un mundo excitante, en terreno desconocido pero lleno de nuevas posibilidades: una nueva ciudad, una nueva relación, nuevos estudios, nueva carrera profesional, ser padre, volver a estar soltera… Nos hemos visto obligados a salir de nuestro entorno habitual, cómodo, monótono y ordinario.
6) Obstáculos y desafíos. La decisión no está exenta de riesgos, pues al estar fuera de nuestra zona de confort tenemos que enfrentarnos a nuevos retos y dificultades que nos hacen sentir incómodos, inseguros y puede que realmente asustados. Podríamos tener apuros para hacer nuevos amigos, para sentirnos felices estando solos, para aprender a vivir en una nueva cultura, vernos obligados a luchar por la custodia de nuestros hijos, desarrollar nuevas habilidades etc. Para solucionar los nuevos retos, tendremos que abandonar nuestras viejas y familiares certezas (cargadas de condicionamientos), para así abrirnos al valioso conocimiento que procede de nuestra esencia interior o consciencia.
7) Una oportunidad para matar a nuestro dragón. Esta es una llamada para enfrentar al dragón interno o externo que, probablemente, hemos estado evitando hasta ahora. Es el momento de superar el lado oscuro de nuestro ser para ser una mejor versión de nosotros mismos. Se trata de acciones, intenciones, deseos, pensamientos, cualidades que nos avergüenzan, que nos asustan... y que, probablemente hasta hoy, sólo habíamos reconocido en los demás. Puede ser asimismo una estrecha visión del mundo, una escala de valores desfasada, una actitud nociva o algo de lo que probablemente hemos huido la mayor parte de nuestra vida o de lo que no hemos sabido liberarnos porque representa un imposible para nosotros. Confrontarlo no significa que lo conquistaremos. Después de todo, es un dragón, no hay garantías. ¡Podría significar nuestro final! Aunque nos sintamos perdidos y parezca que no podremos superar la prueba, es imprescindible avanzar.
8 y 9) Muerte y Renacimiento. Enfrentarnos a nuestros miedos más profundos nos ha hecho atravesar un profundo proceso de transformación, que nos lleva a experimentar alegría y liberarnos de la prisión, o falsa consciencia, en la que estábamos encerrados. El viejo "yo" se ha desvanecido y ha emergido nuestra esencia, quien realmente éramos pero no nos estábamos atreviendo a ser. Este cambio interno aumenta nuestra confianza, comprensión y conocimiento acerca de nosotros mismos y sobre la vida. El nuevo yo es más auténtico, está más alineado con su propósito y encuentra el sentido de la existencia. En el ejemplo del divorcio podría corresponderse con enfrentar verdades duras acerca de uno mismo, asumir la propia responsabilidad en el fin de la relación, perdonar... en definitiva, integrar el divorcio en tu vida y verlo como una bendición.
12) Retorno. El héroe genuino vuelve a casa para compartir con la comunidad lo que ha aprendido (compromiso y entrega).
Pero ese no será el final del viaje... Pues pasado un tiempo, una nueva llamada nos invitará a lanzarnos de nuevo a la aventura.
Tu ruptura de pareja: tu llamada a la aventura
La vida es cambio, movimiento, desarrollo, expansión...
Cuando nos negamos, consciente o inconscientemente, a fluir con el ritmo natural de crecimiento para no evolucionar al siguiente nivel, las cosas nos empiezan a ir mal y se nos “quita” el área en la que más necesitamos progresar.
Aún así, la vida, el destino, Dios o como sea que le llames nos presenta muchas oportunidades para seguir expandiéndonos y despertar a nuestra naturaleza auténtica. Algunas personas llaman a estas oportunidades “noche oscura del alma”, “llamadas al despertar”, "punto de inflexión" o, simplemente, "crisis".
A menudo lo que más deseamos y pensamos que necesitamos para ser felices, no llena nuestro vacío. Ese es un buen momento para atender el delicado susurro con el que la vida nos llama al despertar.
Sin embargo, animados por nuestra cultura, normalmente elegimos seguir adormecidos, cómodos, inmersos en un estilo de vida más o menos miserable que nos mantiene en piloto automático, desconectados de nosotros mismos, evitando o postergando cualquier riesgo que nos empuje a desarrollar nuestro potencial.
Por lo que perdemos la oportunidad de responder a la suave llamada en su etapa inicial. Entonces la vida nos golpea más fuerte para que toquemos fondo y, entonces sí, prestemos atención. De manera que la mayoría de las veces la llamada se convierte en un hito extremadamente difícil y doloroso, que se vive con angustia, desmoralización y desesperación.
Una ruptura, separación o divorcio puede ser uno de estos momentos.
Sé que no suena bien, pero créeme, ¡en realidad es un gran lugar en el que estar! Es durante una crisis como esta que
tenemos la oportunidad de observar, cuestionar y transformar creencias y comportamientos que antes nos estaban limitando y dañando.
"La verdad os hará libres"
Si lo piensas bien ¿Cuándo te has sentido mejor? ¿Después de lograr superar alguna adversidad o ir a por por algo que a priori te parecía un imposible? ¿O fue después de que evitaras algo difícil? Y es que la felicidad no viene de lograr lo que deseamos. Viene de seguir expandiéndonos, seguir creciendo.
Lo mejor de todo es que
podemos elegir. Podemos aprovechar una ruptura, separación o divorcio para
seguir considerándonos una
víctima que busca culpables, se miente, se justifica y se queja de las injusticias y del dramático sinsentido de la existencia.
O podemos decidir trascender esta visión limitada del ego y
usar la separación como un catalizador hacia una nueva vida, asumiendo los desafíos que se nos presentan con espíritu y valentía (haciéndonos cargo de nuestro dragón) y aprovechándolos para desarrollar capacidades y habilidades (que precisamente nos permitirán resolverlos.
Una nueva vida en la que nos identifiquemos más con el ser o parte divina que habita en nosotros y en la que los retos serán considerados como bendiciones que nos ayudan a seguir desarrollándonos.
Cuando decidimos considerar nuestra ruptura como un
proceso espiritual
y somos capaces de vernos a nosotros mismos como el héroe o heroína de nuestro propio viaje, empezamos a actuar como si todo lo que viviésemos tuviera un sentido. Es entonces cuando podemos rendirnos y aceptar cualquier desafío que nos traiga la vida sin sufrir. No porque signifique que tendremos éxito, sino porque nos brinda la oportunidad de mejorarnos y sanar todo aquello que nos ha estado alejando de la plenitud.
Ítaca, Poesía de K. Kavafis