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La magia de la validación en las relaciones

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Validar es darle a otra persona un mensaje directo y claro de que su experiencia es comprensible y totalmente válida. Cuando la persona recibe validación siente que sus emociones, sentimientos, pensamientos, creencias, opiniones, valores, decisiones, etc. no sólo son reconocidos (vistos y escuchados), sino que también son aceptados.

Recuerda la última vez que te sentiste triste, asustado, preocupado o enojado y compartiste tus sentimientos con tu pareja (o cualquier otra persona). ¿Cómo reaccionó? ¿Su respuesta fue de apoyo o te dijo algo parecido a esto?:


  • "Eso no es tan importante"
  • "Deja de comportarte como un crío, que no hay nada que temer"
  • "No hay razón para preocuparse por eso"
  • "Es una pérdida de tiempo darle vueltas a eso"
  • "La situación podría ser mucho peor"
  • "¡No seas tan flojeras!"
  • "¡Eso no le pasa a nadie más que a ti!"
  • "¡Siempre estás con historias, supéralo ya!"
  • "No seas tan negativo, que me deprimes"
  • Etc.


No sería raro que, si tu pareja te habló de este modo, la próxima vez reprimas lo que estés viviendo y evites compartir con ella lo que sea que te pase.


Cuando una persona no siente que sus acciones, emociones y pensamientos son tenidos en cuenta es muy probable que se sienta peor de cómo estaba, además de aislada y sin apoyo.


¿Qué es validar?

  1. En primer lugar, la validación es el acto de reconocer y mostrar aceptación por la experiencia interna de otra persona. Es reconocer que sus pensamientos y sentimientos son verdaderos para esa persona (tienen sentido en su contexto o en su situación de vida actual), por lo que no tratas de disuadirla para que piense o sienta otra cosa distinta, ni la avergüenzas o culpabilizas por ello.
  2. El siguiente paso es (intentar) comprender lo que esa persona está experimentando, es decir, tener en cuenta su contexto y su historia, pues lo que está experimentando o experimentó en el pasado puede estar afectando cómo se siente ahora, en este momento o situación.
  3. Y, finalmente, en la medida de lo posible, nutrirla. Nutrirla significa que le proporcionas un espacio seguro en el que expresarse, lo que le permite ver que tiene derecho a esos pensamientos o sentimientos y que la aprecias sin importar lo que piensa, siente o haya ocurrido.


Si por ejemplo, recibes un aviso de la escuela porque tu hijo le faltó el respeto al maestro, supongo que no estás de acuerdo en que gritar o insultar al maestro sea algo apropiado. Sin embargo, en lugar de decirle a tu hijo "Deberías haber hecho X" o "¿por qué no hiciste Y?" o "deberías ser más como menganito que no hace esas cosas...", pregúntale: "Qué pasó" y "Cómo se sintió". Además de expresarle algo así como "Puedo comprender que te hayas sentido realmente molesto". Al hacer esto, estarás ayudándole a aceptar que hay situaciones que enfadan y que está bien sentir enfado, que no pasa nada. Seguramente tú hayas tenido una experiencia similar en algún momento. Puedes compartirle lo que tú viviste  y aprovechar para ayudarle a reflexionar contigo porqué se siente así y qué puede hacer para manejar y resolver el malestar de una manera más efectiva.

definicion_validacion_emocional
  • La validación puede proceder de otras personas, pero también puede originarse en uno mismo. La autovalidación implica reconocer y aceptar tus propios pensamientos, sentimientos, comportamientos, etc.



¿Por qué es importante la validación?

Las personas necesitamos ser escuchadas, comprendidas y aceptadas. Eso es porque nosotros, como seres humanos, tenemos una profunda necesidad de conexión.


Cuando una persona no se siente validada simplemente se aferra con más fuerza a su propia perspectiva. Realmente es así de simple, y es una de las razones por las que tantos conflictos duran tanto y, a menudo, escalan a proporciones (aparentemente) ridículas.


Algunos de los beneficios de validar incluyen:


  • Comunica aceptación: cuando validas las emociones de alguien le estás demostrando que la escuchas y la aceptas por lo que es en el “aquí” y “ahora”.


  • Aumenta la autoestima. Brindar aliento a los demás, incluso cuando no tienes ni idea de cómo ayudarles a solucionar su problema aumenta tu propia sensación de confianza, al darte cuenta que puedes ayudar a alguien en cualquier situación, independientemente de tu propia experiencia o pericia. Además, la validación le muestra a la otra persona que ella es importante para ti, que la escuchas y que sigues ahí por y para ella, que no está sola. Mostrarte amable y receptivo le ayudará a ella también a sentirse más valorada. Según la neurociencia, una de las zonas que más crece cuando elegimos ser amables (tanto con los demás como con nosotros mismos) es la zona orbitofrontal (en la frente, justo encima de los ojos), involucrada con el bienestar y felicidad, además de que mejora significativamente nuestra capacidad de aprender, memorizar y concentrarnos.


  • Oportunidad para asimilar información nueva, obteniendo una perspectiva que te ayuda a comprender mejor tanto al otro como a ti mismo. Cuando invalidamos, ninguna de las partes está logrando aprender nada nuevo ni mucho menos resolviendo ningún problema. Lo que sí ocurre es que se añade más tensión a la conversación y, casi con seguridad, resentimiento. La validación tiene el poder de abrir el corazón y la mente de las personas para que estén mucho más abiertas a tus consejos,  comentarios, perspectiva, etc.


  • Previene conflictos interpersonales. Ante cualquier conflicto las personas tratamos de defendernos y/o hacer que el otro vea algo de la forma en que nosotros lo vemos. Validar no es fácil al principio porque estamos habituados a responder a las diferencias con rigidez y en modo ataque. Validar tiende a suavizar a la otra persona porque siente que su experiencia es comprendida, legitimada y aceptada.


  • Evitar o resolver discusiones rápidamente. Es una manera muy simple y asombrosamente rápida de avanzar en una conversación: alivia la tensión, genera confianza y hace que las personas encontremos una solución a las diferencias más rápidamente.


  • Fortalecimiento de las relaciones: las personas que se escuchan y aceptan mutuamente pueden sentirse más conectadas y construir relaciones más sólidas y satisfactorias, dado que existe una base de confianza y coherencia.


  • Muestras valor: cuando validas estás demostrando que la otra persona es importante para ti, con lo que cooperas para que la persona sienta satisfecha una de las mayores necesidades que tenemos todos los seres humanos: el reconocimiento.


  • Calmar miedos y preocupaciones: la vida puede resultar confusa y difícil, por lo que la retroalimentación de los demás nos permite saber que lo que estamos pensando y sintiendo es normal, comprensible o tiene sentido. Esto puede ser particularmente importante cuando se trata de fuertes sentimientos negativos o angustiantes. Sentirnos escuchados y comprendidos, además de ayudarnos a disminuir la intensidad de las emociones que experimentamos, puede apoyarnos a saber saber que estamos en el camino correcto.


  • Mejor regulación emocional: algunas investigaciones sugieren que ofrecer a las personas validación puede contribuir a que regulen mejor sus emociones y a poner fin, incluso, a su sufrimiento (al percibir que alguien ve lo que realmente les está sucediendo, que no están solas con su dolor, que no resultan invisibles). Esto es especialmente importante con los niños, porque la percepción que el niño tiene de sí mismo se forma en gran medida a través del reflejo en la comunicación con los adultos. Al reflejar las emociones y los sentimientos del niño y ayudarlo a regularlos el niño aprende a escuchar lo que sucede en su interior, lo que le ayuda a mantener una buena conexión consigo mismo y le enseña, paso a paso, a reaccionar adecuadamente a su entorno.


  • Mejora la autovalidación: validar a otro te ayuda a aprender a validar tus propios pensamientos y sentimientos, lo cual reduce tus conflictos internos, acalla a tu crítico interno y aumenta tu sensación de seguridad y bienestar internos.


  • ¡Te ahorrarás una tonelada de tiempo y energía!: el conflicto con otras personas resulta a menudo inevitable, pues cada quien quiere cosas diferentes y ha tenido diferentes experiencias en la vida, por lo que tiene su propia manera de ver las cosas.  El objetivo no es intentar convencer al otro de que mi perspectiva es  la adecuada, sino lograr mantener la concordia, aceptando que ambas perspectivas pueden cohabitar pacíficamente.


  • Te conviertes en un ser humano más agradable en todos los aspectos. Aquellos que satisfacen sinceramente la necesidad de ser escuchados y aceptados de los demás se encuentran entre las personas más amadas y respetadas por los miembros de su entorno.



¿Qué no es validar?

  • Estar de acuerdo con la otra persona o creer que su respuesta ante lo que vive está justificada. Cuando validamos, no estamos diciendo "tienes razón". Estamos más bien diciendo: "Comprendo lo que estás viviendo en este momento, estaría igual, teniendo en cuenta los mismos antecedentes, información, estado emocional, etc.".


  • Renunciar a tu propia experiencia. Podemos tener nuestros propios sentimientos y experiencias y, al mismo tiempo, notar y comprender los sentimientos y experiencias de los demás, aunque sean opuestos. Por ejemplo, puedes tratar de comprender cómo y porqué la otra persona está enfadada, y eso no significa que debas dejar de sentirte alegre.


  • Aceptar conductas nocivas. Validar no significa que apruebes el comportamiento de otro o que debas abandonar tus propias necesidades. Por ejemplo, si alguien te lastima mientras está enfadada, puedes explicar cómo, a pesar de su enfado, no está bien reaccionar dañando a los demás. Haz saber tu disposición a hablar con ella sobre la situación, pero deja claro que no puedes hacerlo de manera productiva hasta que pueda comunicarse contigo con más calma, por lo que regresarás más tarde cuando sea el momento adecuado para ambos. No dejes que alguien te lastime, incluso cuando sus sentimientos sean perfectamente válidos.


  • Compadecerse de alguien. No se trata de lamentar o sentir lástima por la otra persona, rara vez la pena sirve para apoyar. Dependiendo de la situación, puedes, por supuesto, expresar tu pesar y tristeza cuando algo difícil le haya sucedido a otra persona, pero si puedes evita frases como “pobre de ti” o “a ti siempre te pasan cosas así” que podrían enviar un mensaje de que algo va mal en la persona. 


  • Concentrarse en ver el lado positivo a toda costa. Enfocarnos en lo positivo es generalmente una estupenda opción en la vida y nos ayuda a detectar más oportunidades, a vivir más agradecidos, sentir mayor bienestar, etc. Sin embargo, presionar a alguien cuando está experimentando una fuerte experiencia negativa a alegrarse, reír y celebrar todo lo positivo que la rodea puede tener el efecto contrario. Cuando se experimenta una fuerte emoción/sentimiento negativo lo primero es sentirlo, reconocerlo, aceptarlo, validarlo. Sólo entonces podemos movernos hacia un estado más positivo.


  • Conseguir que la otra persona cambie u obtener todo lo que quieras de los demás.  A veces la gente responderá favorablemente a tu validación, y a veces no lo hará. De cualquier manera, expresar validación de manera asertiva siempre te traerá mayores beneficios que hacerlo de manera agresiva o sumisa. Consigas o no lo que quieres después de expresarte, estarás contribuyendo a tu salud emocional y reafirmando tu sentido de identidad.


Qué es Invalidar + Consecuencias

Invalidar sería cuando alguien comunica a otro que lo que está experimentando no es válido, es irracional, ilógico, etc., o que debería estar experimentando algo distinto. Cuando las experiencias de alguien están siendo negadas, rechazadas, ignoradas o juzgadas se produce una invalidación.

Fíjate en las siguientes expresiones:

"¿Por qué nunca…?"

"¿Qué hace falta para que te des cuenta de que…"

"Deberías…

"Si realmente te preocuparas por mí, tú..."

"¡Ojalá lo hicieras sin que yo tuviera que pedírtelo!"

"¿No crees que deberías…?"

     

       Ahora observa este otro grupo de frases:


"Significaría mucho para mí si…"

"Te agradecería si hicieras…"

"Me gustaría si tu pudieras..."

"Me encantó cuando hiciste..."

"¿Harás eso de nuevo?"


¿Puedes ver la diferencia entre el primer grupo de frases y el segundo? El primer grupo de frases se siente agresivo, manipulador o culpabilizador. El segundo se siente más claro, calmado, confiado y respetuoso. Es infinitamente más probable que experimentes situaciones en las que se te escuche y se te entienda (y donde puedas escuchar y entender a otra persona usando el segundo grupo de expresiones).


La invalidación también puede ocurrir hacia experiencias positivas: cuando alguien comparte algo que le genera emociones positivas, y el oyente lo socava o lo cancela, insinuando que no es gran cosa, por lo que no debería sentirse tan bien al respecto. Por ejemplo, un niño puede estar feliz y orgulloso de sí mismo por una calificación que obtuvo, y sus padres regañarlo diciéndole: “No sacaste un sobresaliente,  así que tampoco es tan estupendo este resultado. ¡No hay nada de qué enorgullecerse! Alégrate cuando saques un excelente”. El mensaje subyacente en tales casos es "No eres lo suficientemente bueno", algo que puede hacer que ese niño crezca con sentimientos crónicos de insuficiencia.


  • Y cuando eres tú mismo quien estás poniendo reparos a lo que sientes o piensas estás autoinvalidándote.  Gran parte del sufrimiento que experimentamos las personas procede de nuestra propia autoinvalidación (que es una repetición de la que experimentamos de pequeños). La autoinvalidación nos lleva a buscar pistas constantemente en nuestro entorno social sobre la forma correcta de pensar, sentir y actuar; así como a dudar, cuestionarse a uno mismo y quedar encerrado en un sistema de deberías y no-deberías.


Algunos de los efectos desfavorables de invalidar incluyen:


  • Problemas con la identidad personal: la invalidación socava el sentido del “sí mismo”. Cuando las personas sentimos que ciertos aspectos de nuestra personalidad no son aceptados tendemos a desarrollar una percepción negativa de nosotros mismos y una consecuente baja autoestima.


  • Dificultad para manejar las emociones. La invalidación les dice a las personas que lo que piensan, sienten, creen o la forma en que lo expresan está mal, pero no enseña qué hacer al respecto. Imagina un niño que está llorando en la mesa a la hora de la cena, y sus padres lo envían a su habitación hasta que se “calme”, subrayando que el niño simplemente no puede participar en esta actividad familiar porque sino molesta o abruma a los demás. En este ejemplo, los padres están castigando la experiencia emocional del niño (lo que sea que le está haciendo llorar), pero no están enseñándole cómo tolerar, regular o resolver lo que está sintiendo. De esta manera, el niño no aprende cómo calmarse o dejar de estar triste. El reconocimiento y la validación emocional es el paso número uno para la regulación emocional.


  • Autoinvalidación Crónica. Cuando a alguien se le repite que no debe sentirse como se siente, se entra en un estado de vergüenza, culpa y duda crónico, pues su mundo interno no se corresponde con las expectativas de su entorno social. Esta es la forma en que la invalidación se interioriza gradualmente desde la infancia y se convierte en autoinvalidación.


  • Problemas de salud mental: la invalidación también puede contribuir o dificultar la recuperación de síntomas como la baja autoestima, ansiedad, depresión e incluso trastorno límite de personalidad1, al contribuir a que las personas sientan que sus pensamientos y sentimientos no les importan a los demás.


  • Problemas en las relaciones. Sentirse seguro, conectado y protegido en la propia relación es uno de los factores más importantes en la satisfacción de la relación. Que las emociones se invaliden repetidamente puede hacer que la persona se sienta insegura, incomprendida, descartada o confusa acerca de su posición dentro de las relación. Además, genera duda y desconfianza en uno mismo, así como la sensación de que las propias opiniones no le importan a la pareja, lo que puede hacer que algunas personas se cierren o se sientan impotentes. La invalidación puede ser uno de los problemas más dañinos en una relación pues impide la intimidad y conexión emocional.



¿Es siempre necesario validar?

Por supuesto,

¡no tenemos que validar la experiencia de otra persona

si no podemos o no queremos hacerlo!


Sin embargo, te sugiero validar cuando una persona se sienta herida, molesta y claramente necesite algo de apoyo, porque realmente podrías marcar una gran diferencia en su vida estando ahí para ella.


No recomiendo validar en una situación en la que tu bienestar podría verse afectado o ir en contra de tus límites personales. Por ejemplo, si alguien está experimentando sentimientos negativos muy fuertes es natural que quizás temas perder tu centro, desequilibrarte cuando vayas a ofrecer apoyo. En tal caso, conecta contigo para ver si estás en condiciones de apoyar a esa persona. Si te sientes mal puede que ese no sea el mejor momento para brindar validación a otra persona. En tal caso, puedes expresar de manera suave y clara que necesitas tiempo para ti mism@ en estos momentos y no puedes proporcionar presencia o apoyo. Simplemente, trata de no contribuir a que la otra persona sienta que hizo algo mal cuando se acercó a ti con su experiencia dolorosa.


También puede darse que sientas que ya no puedes escuchar o validar a una persona específica, porque te parezca que la persona se mantiene repetidamente en el mismo problema sin hacer demasiado por encontrar una solución. Tienes el derecho y la responsabilidad de establecer tus límites, aunque mejor si tratas de hacerlo con respeto y compasión. También puedes ayudar a la otra persona a encontrar a alguien que sí pueda validarla y apoyarla.


Cómo validar las emociones en 4 pasos

Siguiendo el ejemplo inicial, pongamos que te estuvieras sintiendo agotado porque últimamente estás trabajando demasiado. Y tu pareja te hubiera respondido cualquiera de las respuestas que hay en el ejemplo inicial de este artículo. Esas son respuestas que invalidan: no sólo te comunican que tu experiencia no es válida (que debería ser distinta) sino que también te están diciendo que eres "menos" por experimentarlo así.


Alternativamente, tu pareja podría responder algo así:

"Entiendo que estés cansado.

¿Quieres hablar de qué te está pasando para trabajo sin descanso?".


Esta es una respuesta de validación: se te transmite que tu experiencia es respetada (aún incluso si tu pareja cree que no existe una razón objetiva para que trabajes tanto).


Paso 1. Identificar y reconocer la emoción.-

El primer paso es reconocer la vivencia que está teniendo la otra persona (o tú mismo). Esto puede ser difícil si la otra persona no ha comunicado claramente sus sentimientos, por lo que es posible que debas preguntarle qué está pensando o sintiendo:

"Pareces realmente cansado.... ¿Es eso lo que está pasando?"


Paso 2. Reconocer la fuente de la emoción.-

El siguiente paso es identificar la situación, persona, señal, etc. que desencadena la vivencia. Pregúntale a la persona qué está causando su experiencia. Por ejemplo, podrías decir:

"Qué es lo que te impide desconectar de tu trabajo últimamente?"


Es posible que la persona pueda identificar y/o comunicar eso claramente. O es probable que ni siquiera comprenda lo que le está sucediendo o que no pueda o no esté dispuesta a expresar lo que desencadenó su experiencia. En tal caso, indícale que parece que hay algo que la está molestando y que te gustaría saber qué le pasa, pero que es difícil sin una idea clara de la situación.


Paso 3. Validar la emoción.-

Pongamos que tu pareja sabe cuál es la causa de lo que siente y te responde que está preocupada porque dentro de poco tenéis que hacer ciertos pagos.


La mejor forma de validar sería:

a) reconociendo las emociones que ha expresado la persona

b) ofreciendo una justificación para sentir esas emoción


Por ejemplo, podrías simplemente decir:

“Es comprensible que te sientas agotado,

cualquiera estaría igual teniendo esa preocupación en mente".


Ahora bien, si estás en desacuerdo con algo que dice la persona y, simplemente, no puedes identificarte, díselo. Resiste la tentación de mentir para que se sienta mejor. Quizás podrías decir:

"Veo que si no estabas creyendo en ti lo suficiente,

tiene mucho sentido que te preocupases".


Reconocer que no has estado en esa situación y que no sabes exactamente cómo se siente puede ser increíblemente valioso. Aunque, estoy segura que puedes encontrar una parte con la que SÍ puedas identificarte, con la que SÍ estés de acuerdo. Por ejemplo, podrías comenzar diciendo algo así como que para ti también es importante tener seguridad económica/tiempo libre/confianza en el futuro...


Paso 4. Permanecer presente física y emocionalmente para el otro (en lo posible)… y, si es apropiado, ofrecer consejo.- 

Recuerda que con el mero hecho de escuchar ya estás apoyando. .La validación es curativa en sí misma.


El hecho de que alguien esté compartiendo una experiencia difícil no significa que esté buscando un consejo. O, quizás, simplemente no tengas ningún consejo que dar.


Si la persona no quiere hablar del tema (en ese momento), no insistas, no presiones, simplemente pregunta qué espera de ti (
"¿Cómo puedo ayudarte?").


O determina si está abierta a recibir feedback:

”Tengo algunas ideas sobre el tema  ¿Puedo compartirlas contigo? ”.



Fórmula para la asertividad

Y si además, la situación te está repercutiendo de alguna manera podrías usar esta sencilla plantilla para expresarte de manera más eficiente:


"Me siento triste cuando trabajas incluso los fines de semana

 porque pienso que estar juntos no es importante para ti"


Ahora observa la diferencia entre la comunicación asertiva y una respuesta de juicio:


“¡Eres un egoísta! Sólo te importa tu trabajo”


La primera declaración se basa en observar los hechos y ser consciente de qué sucede dentro de ti; la segunda es una acusación que se basa en una interpretación de los hechos con los que te estás sobreidentificando. Con la plantilla “Yo siento _____ cuando tú _____  porque pienso  _____ ” es más fácil compartir sentimientos y pensamientos de una manera abierta, directa y honesta, que es mucho más probable que los demás escuchen y comprendan.


Con estas palabras eres dueño de tu experiencia mientras simultáneamente mantienes espacio para la experiencia de la otra persona. No estás acusando a la otra persona de tus pensamientos y sentimientos, y además le estás dando retroalimentación específica sobre a qué estás respondiendo emocionalmente.


Esta comunicación más compasiva es parte del desarrollo de un mayor nivel de diferenciación*: tienes ​clara cuál está siendo tu experiencia (sabes que tus emociones y pensamientos son tuyos), lo que te ayuda a aceptar la experiencia de la otra persona, incluso si es drásticamente diferente (no la estás haciendo responsable de tu mundo interior). Es decir, te permite ser tú mismo, diferenciarte de la otra persona, y aún así permanecer conectado y abierto a ella. Esto hace que sea más probable que la otra persona permanezca abierta a escuchar lo que le estás expresando y no se cierre ni se ponga a la defensiva (pues estás dejando un espacio para la posibilidad de que no sea verdad lo que estás interpretando, sólo una perspectiva).


Espero que encuentres esta herramienta también útil y la apliques desde hoy mismo en tus relaciones. Compartir constructivamente tus sentimientos es una habilidad. Y al igual que cualquier habilidad, requiere práctica para que se transforme en algo sencillo y natural.


(*La diferenciación es conocer la diferencia entre tus pensamientos y sentimientos, y manejar el reflujo y flujo de separación y conexión con los demás.)


Algunas consideraciones:

Otras cosas que puedes hacer para ayudar a las personas a sentirse más cómodas y más aceptadas cuando compartan sus experiencias contigo:


  • Ten en cuenta tu lenguaje corporal: asegúrate de que tu postura sea abierta y receptiva, en lugar de que transmita rechazo (cruzando los brazos mientras escuchas, evitando mirar a las ojos…).
  • Expresa empatía: incluso si lo que vive el otro no es algo que comprendas del todo, demuestra que te importa lo que vive.
  • Haz preguntas: hacerlo te permite aclarar lo que el otro quiere decir, demuestra que estás escuchando y tratando de entender realmente lo que dice. Si eliminas todo sarcasmo y "actitud" de tu voz, sonarás interesado y curioso, no crítico.
  • Evita culpar: Concéntrate en mostrar apoyo, en lugar de buscar culpables externos por las sensaciones de la otra persona o culparla a ella por la situación.
  • Libérate de expectativas. Es importante tener en cuenta que validar la experiencia de alguien no significa que la persona se vaya a sentir mejor de inmediato ni que vaya a solucionar lo que está viviendo. Aunque, ser escuchad@ y entendid@, sin lugar a dudas facilita el sentirse mejor.
  • Responsabilidad limitada. Recuerda que no es tu trabajo hacer que el sentimiento desaparezca, aunque puede optar por apoyarlo. Más bien, reconocer y validar a la persona puede ayudarla a encontrar su propia manera de regular la emoción.
  • Anima a la otra persona a buscar ayuda profesional si está luchando con problemas emocionales que la sobrepasan.
ejemplos_frases_validar_emociones

40 frases para validar eficazmente

  1. Gracias por…
  2. Estoy tan feliz de que estés en mi vida
  3. Creo en ti/en nosotros
  4. Me encanta cuando tú ...
  5. Eso debe ser muy difícil de manejar...
  6. Vas/Vamos a superar esto
  7. Cuéntame más sobre ...
  8. ¿Cómo te sientes hoy?
  9. Estoy aquí para ti
  10. Ayúdame a entender lo que estás pensando/sintiendo/creyendo...
  11. Muchas personas que no son tan fuertes como tú no lo habrían logrado
  12. Estás teniendo un día triste / difícil / asqueroso...
  13. Gracias por ser maravillosamente tú
  14. ¿Qué pasó? (Evita preguntar: "¿Qué pasa?")
  15. Tiene sentido que te sientas/pienses ...
  16. Parece que hiciste lo mejor que pudiste
  17. Quiero saber sobre su mañana / tarde / día
  18. He notado que tú ...
  19. Me pregunto si tú …
  20. Necesito tu ayuda con ...
  21. Gracias por ser alguien en quien puedo confiar
  22. ¿Qué necesitas de mí ahora mismo?
  23. Significó mucho para mí cuando tú ...
  24. Lo que está pensando / sintiendo es normal
  25. ¿Cómo puedo ayudar?
  26. Valoro tu capacidad para ...
  27. Creo que podemos resolver esto juntos.
  28. Estoy orgullos@ de ti
  29. ¿Me perdonarás por…?
  30. Eso debe haber sido difícil … ¿Cómo lo superaste?
  31. ¿Puedes darme tu opinión sobre…?
  32. No me extraña que sientas/pienses "X", a cualquiera le pasaría igual
  33. Tú tenías razón
  34. Veamos las opciones que tienes....
  35. Tus emociones tienen sentido
  36. Me siento igual. Puedo ver por qué te sentirías así
  37. Mucha gente se siente así
  38. Eso es comprensible

40. Puede ser (perturbador, frustrante, estresante, aterrador...) cuando eso sucede



Ejemplo de in/validación

¿Alguna vez has visto el video de YouTube "No se trata del clavo"? (El clavo es una metáfora aquí que simboliza cualquier problema, preocupación, frustración... ). ¡Es bien divertido! Lo lo que lo hace tan divertido es el hecho de que, si bien es ridículo, en realidad no está tan lejos de la verdad... ¿Con cuál de los dos personajes te identificas más?



La validación es una de las habilidades de relación más poderosas que existen.  ¡Al usarla aprenderás a manejar mejor tus propias emociones y demás vivencias y ayudarás a quienes te rodean a sentirse más conectados y amados!


Para mí esta herramienta está teniendo un impacto profundamente significativo en mi vida, mejorando mis relaciones románticas, familiares, profesionales y de cualquier otro tipo.


 Y tú ¿Cómo estás validando a quienes más te importan? ¡Te desafío a mejorar tus relaciones más significativas a lo largo de esta semana practicando la validación! Puedes tomar nota del protagonista de «Validation», un cortometraje multipremiado, en el que un empleado de aparcamiento, además de validar el ticket de estacionamiento, también “valida” a los propios clientes con sinceros cumplidos sobre su aspecto o características de su personalidad, demostrando así lo fácil que es transformarle el día a cualquier persona.

REFERENCIAS:

[1] https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1002/pmh.1403

Karyn D. Hall y Melissa Cook. "El poder de la validación: armar a su hijo contra el acoso, la presión de los compañeros, la adicción, las autolesiones y las emociones fuera de control".

McKay PhD, Matthew, Fanning, Patrick. "Self-Esteem: A Proven Program of Cognitive Techniques for Assessing, Improving, and Maintaining Your Self-Esteem". 2016

Zielinski MJ, et al. (2018). "The perceived invalidation of emotion scale (PIES): Development and psychometeric properties of a novel measure of current emotion invalidation". ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6212305/

Shenk CE, Fruzzetti AE. The impact of validating and invalidating responses on emotional reactivity. Journal of Social and Clinical Psychology. 2011;30:163–183. doi: 10.1521/jscp.2011.30.2.163.

Janice R. Kuo, Skye Fitzpatrick, Jennifer Ip, Amanda Uliaszek. "The who and what of validation: an experimental examination of validation and invalidation of specific emotions and the moderating effect of emotion dysregulation". Borderline Personal Disord Emot Dysregul. 2022; 9: 15. Published online 2022 May 18.


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